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Junio 07, 2017
Extensionismo Tecnológico, la metodología que ayudó a la productividad de las pymes del sector Alimentos en Santander
Con la culminación del proyecto los empresarios no solo ganaron nuevos conocimiento sino también mayor oportunidad de sostenibilidad, dado que aumentaron su productividad en más de un 15%. 
Extensionismo Tecnológico, la metodología que ayudó a la productividad de las pymes del sector Alimentos en Santander
Veinte (20) empresas pymes del sector de alimentos, de Bucaramanga y su área metropolitana, aumentaron su productividad con el Programa Alpes Santander Productivo de la Cámara de Comercio de Bucaramanga con el apoyo del Ministerio de Comercio Industria y Turismo, Innpulsa Colombia y, la Corporación Centro Nacional de Productividad como aliado. El programa fue realizado a través de la metodología Extensionismo Tecnológico a través de la transferencia de conocimiento a las empresas y a la región.

En un 20% las pymes beneficiadas incrementaron su productividad, mediante tres fases, diagnóstico, implementación y finalmente la fase de evaluación. La primera fase se centró en realizar un mapeo a las empresas en cinco vectores estratégicos: financiero, talento humano, logístico, mercadeo y ventas, y por último producción, en el cual posteriormente el empresario estableció que vector seria priorizado para ser intervenido.

Por ello, Anyella Patricia Fuentes Romero, Ejecutiva de Proyectos de la Cámara de Comercio de Bucaramanga, destacó “Las 20 empresas Pymes de Santander debían aumentar su productividad en un 15%, es decir, que si una empresa en la fase diagnóstico arrojaba un 50% como un valor de línea base, esta debía aumentarlo a un 65%. Satisfactoriamente con todos los beneficiarios se cumplió la meta”.

Así fue que mediante cuarenta (40) horas de transferencia en conocimiento guiados por la Corporación Centro Nacional de Productividad se trabajó en acciones conjuntas para adecuar la metodología en cada una de las organizaciones participantes; seguidamente se dio inicio al proceso de implementación, que consistió en aplicar el conocimiento que fue transferido al equipo humano de cada organización, en donde “se les mostró el enfoque de cómo ser más eficiente, más organizados, y de cómo pueden aprovechar los recursos operativos, mejorando sus prácticas gerenciales, por ende ser más eficientes y más productivos” aseveró Anyella P. Fuentes.

Culminada la fase de implementación, se desarrolló la fase final de evaluación, en esta el empresario logró conocer a través de un mapa definido el resultado de la intervención en las prácticas priorizadas, así como las acciones que el empresario deberá continuar para las demás áreas que se identificaron como críticas.

Con la culminación del proyecto los empresarios no solo ganaron nuevos conocimiento sino también mayor oportunidad de sostenibilidad, dado que aumentaron su productividad en más de un 15%, así como el empoderamiento interno y externo del capital productivo en la organización, y la intervención del “core” del negocio, facilitando mayor entendimiento y cercanía con el mercado.

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