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Revista Directa, edición número 35, Sección Emprendimiento
Mayo 01, 2021
Ejemplos de crecimiento y constancia
Por más de un siglo, la Cámara de Comercio de Bucaramanga (CCB) ha sido generadora de progreso para la región. Gracias a sus programas, cada año, miles de empresarios alcanzan las metas que alguna vez soñaron. Incluso, a muchos este impulso les ha permitido traspasar fronteras y competir en el exterior. Revista Directa habló con cuatro destacados empresarios de Santander, y estas son sus historias.
Las montañas de la vereda Vericute, de Floridablanca, se encuentran aromatizadas por los cafés especiales que produce la Hacienda Casablanca. Liliana Caballero Rojas, su gerente, ha puesto todo su empeño en este proyecto, y con su dedicación ha logrado que ciudadanos de Australia, Estados Unidos y Hong Kong acompañen sus días con exquisitas bebidas de sello santandereano.

Si bien desde tiempo atrás esta mujer había incursionado en la producción del grano, sus horizontes se ampliaron hace cuatro años, cuando decidió formalizar su empresa. De ahí en adelante solo ha cosechado éxitos: en 2016 ganó el Concurso Nacional de Calidad de Taza Yara Champion Program, de la multinacional Yara, de Noruega. Igualmente, en las ediciones de 2017 y 2018 fue finalista. “Hace dos años también ganamos el Desafío Exportador, del programa 770, de la Cámara de Comercio de Bucaramanga. Esto nos impulsó aún más para seguir adelante con las estrategias de internacionalización”, comenta Caballero.

Parte de estos resultados se debe al apoyo que les ha brindado el Clúster Café, liderado por la CCB, el cual ofrece la posibilidad de vincular empresarios para compartir experiencias en torno al negocio y formar alianzas para facilitar la competencia en el comercio exterior. “Podemos afianzar conocimientos, crecer en equipo, hacer proyectos en común y destacar el café de Santander”, resalta la gerente de Café Hacienda Casablanca.
De esta forma, también han surgido programas de investigación para mejorar cada uno de los procesos de la transformación del café. Por ejemplo, con el Clúster e iNNpulsa Colombia, se adelanta un proyecto para aprovechar las propiedades de la cáscara.

Asimismo, en temas de innovación, en Hacienda Casablanca se está perfilando la producción de cafés especiales, con variedades como geisha y borbón rosado, para su posicionamiento. “Hemos asistido a ferias internacionales para dar a conocer el café de Santander. Anteriormente se hablaba de otras regiones como Huila, Cauca y el eje cafetero, pero el café de Santander también ya empieza a figurar con su denominación de origen”.
En esta misma dirección, la CCB lidera la iniciativa Aventura por el cañón, que incluye el fortalecimiento del sector agroturístico, a través de actividades como el Coffee Tour, de Hacienda Casablanca. Con este servicio, los visitantes realizan un recorrido por los cultivos para entender todos los procesos del café, degustar diferentes variedades y entender las claves de la cultura cafetera, e incluso la arquitectura del lugar, cuya casa principal se edificó en 1860.  

Iniciativas de la Cámara de Comercio de Bucaramanga han capacitado a los empresarios que tienen este tipo de proyectos para promover el turismo sostenible, y también los ha promocionado a través de otras alianzas, como el Bureau de Convenciones y Visitantes de Bucaramanga, Visit Bucaramanga.
“Queremos que las personas conozcan el producto, y con la experiencia aprendan por qué tomar café de buena calidad. Pese a que a los colombianos nos identifican por el café, muchos no saben qué hace que sea un producto especial”, señala Caballero.

Para 2021 Hacienda Casablanca espera incrementar sus exportaciones y sus cultivos con variedades especiales, además de mejorar sus procesos para generar valor a las características de sus cafés. Unas 30 personas reciben empleo durante las temporadas de cosecha en este lugar.
 

Hecho a mano y con el corazón
Luz Stella Muñoz es otra santandereana echada para adelante, pues, aunque su empresa de insumos para bisutería, Arty Manos, ha sufrido un par de crisis, se ha sabido levantar. Hoy cuenta con una experiencia de 20 años y mucho por enseñar.

Durante 17 años, esta empresaria mantuvo su emprendimiento con un crecimiento mínimo, hasta que se vinculó a la CCB. Agradece especialmente al programa Mujeres Ecco, que le permitió impulsar su almacén con el manejo de herramientas digitales.

“Empecé a implementar políticas diferentes que mejoraron la comercialización de mis productos, al tener una presencia más activa en Internet y un manejo del cliente más pertinente. Han sido diferentes variables las que han ido dándole un aire nuevo a Arty Manos”, asegura.

Muñoz recuerda que, en noviembre de 2019, junto con otras 30 emprendedoras, con quienes aprendió técnicas financieras, marketing y estrategias comerciales para mantenerse en el mercado, se graduó del programa.
Por muchos años el negocio tenía un alcance local, pero recientemente ha ganado reconocimiento en el ámbito nacional. Esto se le atribuye a la transformación digital, pues las ventas de la compañía por estos canales representan un 30 %.

Para lograr estos resultados, la empresaria opina que ha sido clave mantenerse a la vanguardia en las tendencias de la moda y el buen servicio que deja satisfechos a los clientes.

Según Muñoz, igual importancia han tenido los programas de la CCB, por ejemplo, el año pasado participó en el Plan de Reactivación Empresarial de la entidad, con el que estuvo al tanto de estrategias que le permitieron conservar a sus coequiperos y sus dos tiendas físicas, pese a la crisis derivada por la pandemia.

En medio de estos aprendizajes, la empresa creó otra línea de productos: la marca Luz Muñoz, con diseños propios con los que espera abrirse camino en el comercio exterior.

Luz Stella Muñoz se ha convertido en un modelo a seguir para otras mujeres, inspirándolas a través de cursos que ofrece especialmente a personas en condición de vulnerabilidad, para ayudarles a encontrar una alternativa económica.

“Con una profesora que asigno y materiales que dono, conformo grupos para enseñarles conceptos básicos con los que podrían generar ingresos. Quiero llegar a las cárceles de mujeres y a pacientes con enfermedades como el cáncer”, cuenta.

La pandemia tampoco fue impedimento para avanzar en esta labor, pues a través de plataformas como YouTube, Muñoz ha difundido su conocimiento. “Como no podíamos llegar de forma presencial creamos un canal en esta plataforma, y aunque no es nuestro objetivo se está monetizando. La idea es llegar a mujeres de países como Venezuela, Ecuador, Perú y Chile para que tengan nuestro contenido a su disposición. Pienso que es una manera de trascender y aportar a las personas que no tienen recursos para pagar cursos y obtener estos conocimientos”.
 

Camino al éxito
Con el mismo tesón santandereano, Vicco Wear, empresa dedicada a la confección de calzado para niños, ha dado pasos agigantados para alcanzar sus metas. Este sueño nació hace 12 años con el liderazgo de Nini Johanna Blanco Chaparro, cuando empezó a comercializar sus productos en el ‘madrugón’ de Bogotá.
Esta florideña recuerda que el mercado en Bogotá daba buenos resultados, pero tuvo que regresar a su tierra natal luego de que su madre fuese diagnosticada con cáncer. Sin abandonar el nicho de mercado creado en la capital, la fábrica se trasladó a Santander.

Hace cuatro años se registraron en la CCB, y gracias a sus programas han ido estructurando la empresa, facilitando todos los procesos y multiplicando sus clientes. “Antes todo lo hacíamos empíricamente, pero hemos organizado los tiempos y la producción”, comenta Blanco Chaparro.

Igualmente, las capacitaciones en marketing digital, brindadas por la CCB a través de su programa Fortalece, les ayudó a entender que Internet es una alternativa para impulsar su negocio. “Ya hacemos presencia en todas las redes sociales, incluso aparecemos en Google. Claramente somos más conocidos. Las ventas ya no son puerta a puerta, estamos en una era digital”, subraya la empresaria.

Gracias a este aprendizaje, tuvieron un alivio en medio de la emergencia por la COVID-19. Nini Johanna Blanco destaca que al participar en ferias virtuales, como las de Asoinducals, Colombia Moda y las organizadas por la CCB, pudieron ofertar sus zapatos y vender más de 3.000 pares.

El éxito por los canales virtuales es imparable. “Tras la colaboración del programa Fortalece vendimos otros 4.800 pares el año pasado, y seguimos tomando pedidos para este año, todo por redes sociales. Pese a la pandemia, 2020 fue un súper año”.

Uno de los grandes avances ha sido la construcción de la bodega, objetivo que se pudo materializar hace dos años con el programa Al-Invest 5.0, ejecutado por la Cámara de Comercio de Bucaramanga, el cual ayudó a organizar a la compañía. “Pudimos mejorar los costos, conseguir mejores proveedores y recibimos charlas de motivación. Aprendimos técnicas para llegar a más clientes”, dice Nini Blanco.

Esta capacitación dio como resultado el engranaje para agilizar los procesos, tras organizar las labores, las máquinas y el trabajo en equipo. “Pudimos crear la bodega, todo está muy estructurado. Cada quien tiene muy claro lo que debe hacer, y explicamos a las operarias cómo hacer más rápido el trabajo. Todo está saliendo mucho mejor, hemos empleado más personas”, comenta Blanco.

Para este año, Vicco Wear tiene como objetivo realizar sus primeras exportaciones a Estados Unidos, que sería de 5.000 pares de zapatos mensuales. Gracias al consorcio de Santander Fashion Export y Procolombia han recibido capacitaciones para realizar envíos en pequeñas cantidades a Texas, Miami y Los Ángeles, además de España.
 

La voz de la experiencia
El ingenio de Ángel Acuña Llanes, fundador de Industrias Acuña, le ha permitido proyectarse en lugares tan lejanos como Asia. Esta empresa del sector de metalmecánica ha conquistado mercados gracias a sus desarrollos para el sector industrial.

Con su diseño, fabricación y perfeccionamiento de plantas de última tecnología extractoras de aceite de palma, han logrado patentes en países latinoamericanos, Estados Unidos, Malasia e Indonesia.
“En la trayectoria de la empresa se destaca el desarrollo de plantas extractoras ecológicas con excelentes reducciones de consumo de agua, al pasar de 1.000 litros por tonelada de fruta procesada a 200 litros por tonelada, además de no requerir vertimientos y los materiales residuales son aprovechados en un 100 %, gracias a otra tecnología patentada”, explica Acuña.

A diferencia, las máquinas convencionales arrojan al medio ambiente entre 800 y 1.200 litros de agua contaminada, afectando suelos y ríos.

Además de con sus programas de innovación, la Cámara de Comercio de Bucaramanga también ha favorecido a la compañía con programas de productividad, que han permitido levantar cuatro plantas extractoras en Colombia, otra en Guatemala, una más en Costa Rica y se avanza en la construcción de una nueva en Perú.

Ángel Acuña destaca los programas de internacionalización de la CCB y Procolombia, con los que han abierto mercados. “Todo empezó con una invitación que nos hizo la Cámara a unas reuniones, en las que explicamos nuestro campo de acción, nos enseñaron cómo debíamos trabajar con cada país y nos ayudaron a contactar clientes interesados”.

Para lograr este éxito, Acuña recomienda a los demás empresarios determinar un mercado objetivo específico y mejorar su producto para que cumpla con normas internacionales de calidad y sea competitivo en cuanto a precios. “Deben procurar tener un desarrollo técnico para que logren diferenciarse. Cuando tengan esos factores claros, pueden acercarse a la Cámara de Comercio para revisar los programas y potencializar las ideas. Hay muchas estrategias que sirven si se saben aprovechar”, aconseja.

Con el acompañamiento de la CCB trabajó en los Planes Tecnológicos de Desarrollo con los que se analizaron ventajas y los aspectos que se debían optimizar para ser competitivos. “Tras asistir a los programas, encontramos el valor agregado, fuimos mejorando el prototipo y desarrollamos ideas muy buenas. No nos desanimamos, por el contrario, seguimos trabajando. Registramos nuestra idea en la oficina europea de patentes y empezamos a protegerla en Ecuador, Guatemala, México, Estados Unidos, Malasia, Indonesia, Perú. Fuimos sacando las patentes con mucho esfuerzo y constancia, y vamos por más”.
 
 

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