Este emprendimiento nació de la amistad de Laura Ibarra y Anna Smith, quienes gracias a sus esposos se conocieron y luego de algunos años decidieron ser también socias. La idea no estuvo clara al comienzo, pero sí la intención de emprender.
 
Pensaron en ropa, accesorios, pero producto de un viaje llegó la gastronomía. “Estuve en Londres visitando a mis padres y después de no ir a mi país por varios años me crucé con este magnífico negocio: las donas”, cuenta Smith.
 
Fue así como en 2015, Laura y Anna empezaron a capacitarse. Durante cerca de seis meses realizaron cursos y pruebas para crear su producto, y una vez listo compraron algunas cajas, imprimieron unos cuantos adhesivos y enviaron sus pruebas a familiares y amigos.
 
En paralelo abrieron su página de Instagram, donde compartieron fotos y videos del producto final. El efecto fue el esperado, y desconocidos empezaron a seguir la marca y hacer sus pedidos.
 
Poco a poco el negocio empezó a crecer y pasaron de vender 20 donas diarias a cumplir pedidos de hasta 1.000. Sus donas destacan por su vistosidad y variedad de sabores. Algunos de ellos son: milo, créme brulée, oreo, Nutella, tiramisú, mantequilla de maní, masmelo y pie de limón.
 
“Asumimos muchos retos. En una ocasión teníamos que estar en un evento a las 6:00 de la mañana con 800 mini donas. Nunca habíamos hecho una producción tan grande. No dormimos y el apartamento quedó sucio, recuerdo las paredes untadas de chocolate”, dice Anna.
 
De inmediato, estas dos mujeres emprendedoras reafirmaron el potencial de su negocio. Pero, reconocieron que no podían seguir solas y debían dar el salto si querían crecer.
 
El empuje que necesitaron
 
En abril de 2016, María del Pilar Chacón, y quien inicialmente fue clienta de Laura y Anna, entró a hacer parte del negocio. Aunque tuvieron temor de integrar a una nueva socia, su llegada fue el empuje que necesitaron para conformar Snob Colombia S.A.S.
 
“Siempre recibimos el apoyo que necesitamos, pero ninguno creía que íbamos a lograr tal éxito a punta de donas, porque así nos decían: ‘¿A punta de donas?’”, recuerda María del Pilar de manera jocosa.
 
Les marcó tanto este comentario que lucharon para demostrar que con cualquier idea de negocio se puede ser exitoso. Ejemplo de ello es el compromiso que adquirieron y con el cual, cuatro años después, pudieron abrir tres puntos más. “Yo creo que somos un referente de sociedad. Las tres nos sentimos orgullosas porque a pesar de que muchos no le apostaron a nuestro negocio, conseguimos construir lo inimaginable”.
 
Actualmente, Snob le apuesta a expandir su negocio en otras ciudades capitales como Medellín y Bogotá.
 
Adicionalmente destacan que para crecer como empresa participaron de algunos programas gratuitos que ofrece la Cámara de Comercio de Bucaramanga. En ellos, cuenta Anna, “nos
dimos cuenta que teníamos muchas falencias. Por eso empezamos a trabajar sobre ellas, por ejemplo, en mejorar nuestra base de datos”.
 


Snob Premium Donuts tiene su sede principal en la Calle 54 # 35A – 33 en Cabecera. Su red social más importante es Instagram, en donde aparecen como @snobpremiumdonuts. También poseen una página web con carrito de compras: www.snobpremiumdonuts.com
 
 
¡Para los empresarios!
 

• Para entrar a competir en el sector gastronómico fue necesario seguir nuestro instinto.
• Escuchar a nuestros clientes ha sido clave para innovar.
• Para pulir las falencias es necesario asesorarse de expertos.